Un incremento de los niveles de actividad física se relaciona con un menor riesgo de mortalidad. Por ello, simplemente con cambiar la forma en la que vamos a trabajar, al colegio o a la universidad puede mejorar nuestra salud de manera significativa. Pero, ¿hasta qué punto?
Para dar respuesta a esta pregunta, una investigación (1) publicada en la revista de la Asociación Americana del Corazón analizó a más 23.000 hombres y mujeres de mediana edad durante más de 10 años y estudió la relación entre ir al trabajo en bicicleta y diferentes parámetros de salud cardiovascular. Los resultados mostraron que aquellas personas que ya iban al trabajo en bicicleta o comenzaron a ir durante esos 10 años tenían menos riesgo de tener obesidad, hipertensión o dislipemia en comparación con aquellos que no lo hacían o cambiaron la bicicleta por otro medio de transporte no activo. De esta manera se confirma que el trasporte activo puede tener un impacto importante en nuestra salud.
Entrenar únicamente 1 hora al día, ya sea por ejemplo fuerza en un gimnasio, ir a correr o hacer una sesión de HIIT, puede no llegar a producir suficientes beneficios sobre la salud si el resto del día somos personas sedentarias. Incrementar nuestros niveles de actividad física a lo largo del día yendo a trabajar de manera activa, evitando las escaleras mecánicas o haciendo “pausas de movimiento” cuando estamos trabajando aumentará nuestro gasto energético diario, mejorando con ello nuestra salud cardiovascular. Pequeños cambios pueden tener una gran repercusión en nuestra salud.

Referencia:
- Anders G, W. KR, Ingegerd J, Patrik W, Lars Ø, Göran H, et al. Bicycling to Work and Primordial Prevention of Cardiovascular Risk: A Cohort Study Among Swedish Men and Women. J Am Heart Assoc. 2020 May 23;5(11):e004413. Available from: https://doi.org/10.1161/JAHA.116.004413
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