Tener más árboles en la ciudad ayudaría a reducir el 40% de las muertes por calor

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Las olas de calor en verano aumentan el riesgo de eventos mortales, siendo los ciudadanos de las grandes ciudades sus principales víctimas. Una de las medidas más importantes para reducir estas muertes podría ser plantar más árboles. ¿Cuántas vidas se pueden salvar si conseguimos que las ciudades tengan el 30% de su área llena de vegetación?

Desde que se tienen registros en España (1961), el verano de 2022 fue sido el más caluroso. De media, la temperatura fue 2,2ºC superior a la del histórico de datos, y esto tuvo consecuencias para la salud de la población. Desde finales de abril hasta primeros de septiembre, según el Instituto de Salud Carlos III, que monitoriza la mortalidad diaria por todas las causas, murieron en España 4.789 personas a causa de las elevadas temperaturas (Figura 1). Estos datos no hacen más que confirmar lo que diferentes estudios nos llevan diciendo mucho tiempo: el aumento de las temperaturas incrementa el riesgo de mortalidad (1,2).

Figura 1. Muertes atribuibles al exceso de temperatura en España. Fuente: MoMo (Instituto de Salud Carlos III).

El problema de las islas de calor

El progreso tecnológico y social ha permitido mejorar las condiciones de vida de millones de personas, consiguiendo incrementar la esperanza de vida a nivel global de forma significativa (3). No obstante, el progreso está teniendo consecuencias negativas para el entorno natural. Casi la mitad de la población actualmente vive en ciudades ­­– se estima que en 2050 sea el 70% – (4), lo que hace que el ecosistema y el paisaje deba cambiar de forma muy abrupta para poder acoger a tanta población. Esto ha hecho que en las ciudades se haya tenido que reducir la vegetación, las zonas de agua y se haya incrementado la presencia de hormigón y asfalto. Este cambio en el paisaje ha hecho que algunas de las grandes urbes se conviertan en una especie de invernadero, lo que se conoce como “islas de calor”. Cuando aumentan las temperaturas, el incremento es mayor en las grandes urbes que en áreas próximas con una mayor presencia de vegetación y menor cantidad de grandes edificios de hormigón (Figura 2). Por ejemplo, en el centro de Madrid o de Barcelona hace más calor que en las afueras, donde no hay tanta cantidad de asfalto y hay más vegetación.

Figura 2. Las islas de calor son un fenómeno por el cual se incrementa la temperatura en las ciudades con poca vegetación en mayor medida que en áreas próximas a la propia ciudad, pero con mayor densidad de vegetación y una menor cantidad de edificios.

Para visualizar cómo las zonas verdes protegen del calor extremo, en el vídeo que publicó la cuenta de Twitter de la editorial Capitán Swing se puede ver cómo el termómetro pasa de reflejar 54 ºC en una acera sin sombra, a 36 ºC cuando le da la sombra un árbol, o 18 ºC cuando el termómetro mide la temperatura del césped. Un simple árbol o un espacio con césped es capaz de reducir la temperatura más de 25 ºC. Por ello, una manera efectiva de poder reducir el impacto de las altas temperaturas en la salud sería plantar más árboles.

Vídeo. ¿Cómo varía la temperatura entre una acera y un espacio con césped?

¿Cuántas muertes se asocian a las elevadas temperaturas en Europa? ¿Cuántas se reducirían si se aumentara el número de árboles? 

Para responder a estas preguntas una investigación que acaba de ser publicada en una de las mejores revistas de medicina del mundo, The Lancet, ha estimado el número de muertes asociadas al efecto “isla de calor” en 93 ciudades europeas, y cuántas muertes se podrían prevenir si se lograse aumentar la cantidad de vegetación hasta cubrir el 30% de las ciudades (5). El análisis en detalle del estudio deja datos muy interesantes y que pueden ayudar a los gestores públicos a tomar medidas relativamente sencillas para mejorar la salud física y mental de sus ciudadanos.

Después de analizar a todas las ciudades (con un total de 57.896.852 ciudadanos), el impacto de las islas de calor en el incremento de temperatura de cada ciudad es de 1,5ºC de media. Y esto tiene consecuencias graves para la salud de la población: en todas las ciudades analizadas se produjeron 6.700 muertes prematuras atribuidas al aumento de temperatura derivado de las islas de calor. Pero las buenas noticias son que, si se consiguiera aumentar la cobertura de árboles al 30%, se reduciría 0,4ºC la temperatura de las ciudades y se podrían evitar el 40% de las muertes (~2.600). Ahora la pregunta es, ¿cómo de posible es que las ciudades tengan el 30% de sus zonas llenas de vegetación?

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Aitor Viribay
Fisiólogo e investigador. Nutricionista de INEOS

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La respuesta es “depende”. La cobertura media de árboles en las ciudades analizadas es del 15%. Lo que ocurre es que hay ciudades como Oslo que tiene un 34%, Berlín un 33%, y ciudades españolas como Barcelona, Madrid, Sevilla, Palma de Mallorca o Valencia que no llegan al 10% (en la tabla interactiva puedes ver en detalle cada variable, así como ordenar las ciudades por los diferentes parámetros estudiados). Es evidente que los países del norte pueden tener mayor capacidad para tener zonas verdes en sus ciudades, pero también es cierto que las políticas urbanísticas en el sur de Europa deben ir encaminadas a intentar subir este porcentaje si quieren atenuar los efectos de los veranos tan calurosos que se predicen. Es en estas ciudades donde más se verían los efectos beneficiosos de plantar más árboles. Por ejemplo, si se consiguiera llegar al 30% de masa de árboles se evitarían 233 muertes en Madrid, 215 en Barcelona y 207 en Roma. 

Tabla 1. Efectos de las islas de calor en las ciudades. 

 

Conclusiones

 “Este verano probablemente sea el más fresco de lo que nos quede de vida”. Esta frase ha sido muy repetida durante el último verano cuando estábamos viviendo para muchos de nosotros la estación más calurosa de nuestras vidas. Pues parece que el futuro nos deparará temperaturas todavía más extremas. Por ello, si queremos contrarrestar sus efectos perjudiciales, una de las medidas más obvias debería ser plantar más árboles en las ciudades. Aumentar la masa de árboles reduce la temperatura de las ciudades y ayuda a salvar vidas. Además, la ecologización urbana no solo reduce la temperatura, también la contaminación del aire y el ruido, aumenta la biodiversidad, promueve la actividad física entre la población y tiene efectos directos sobre la salud física y mental (6). Las ciudades se enfrentan a un debate urbanístico que tiene que poner en el epicentro el desarrollo sostenible de la sociedad, y esto pasa por priorizar la creación de nuevos espacios verdes. Esta no debería ser una lucha de espectros políticos, debería ser un debate que tenga como objetivo mejorar la salud de las personas.


Referencias:

1.        Guo Y, Gasparrini A, Armstrong B, Li S, Tawatsupa B, Tobias A, et al. Global Variation in the Effects of Ambient Temperature on Mortality: A Systematic Evaluation. Epidemiology [Internet]. 2014;25(6). Available from: https://journals.lww.com/epidem/Fulltext/2014/11000/Global_Variation_in_the_Effects_of_Ambient.1.aspx

2.        Xiaofang Y, Rodney W, Weiwei Y, Pavla V, Xiaochuan P, Shilu T. Ambient Temperature and Morbidity: A Review of Epidemiological Evidence. Environ Health Perspect [Internet]. 2012 Jan 1;120(1):19–28. Available from: https://doi.org/10.1289/ehp.1003198

3.        Martinez R, Morsch P, Soliz P, Hommes C, Ordunez P, Vega E. Life expectancy, healthy life expectancy, and burden of disease in older people in the Americas, 1990–2019: a population-based study. Revista Panamericana de Salud Pública. 2021;45. 

4.        Dye C. Health and Urban Living. Science (1979) [Internet]. 2008 Feb 8;319(5864):766 LP – 769. Available from: http://science.sciencemag.org/content/319/5864/766.abstract

5.        Iungman T, Cirach M, Marando F, Pereira Barboza E, Khomenko S, Masselot P, et al. Cooling cities through urban green infrastructure: a health impact assessment of European cities. The Lancet [Internet]. 2023 Feb 9; Available from: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)02585-5

6.        Wolf KL, Lam ST, McKeen JK, Richardson GRA, van den Bosch M, Bardekjian AC. Urban Trees and Human Health: A Scoping Review. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2020;17(12). Available from: https://www.mdpi.com/1660-4601/17/12/4371

Adrián Castillo G.

Investigador en Ciencias de la Salud. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Máster Oficial en Fisiología Integrativa.

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