Existen estimaciones que colocan a España como el país con una mayor esperanza de vida en el futuro, por delante incluso del país que durante décadas ha copado esa primera posición, Japón. Y aunque este incremento en la esperanza de vida es algo positivo, también está suponiendo un aumento en la incidencia de enfermedades asociadas a la edad como la fragilidad o el deterioro cognitivo.
Por otra parte, los periodos de inactividad como los que ocurren durante las hospitalizaciones por enfermedad aguda conllevan importantes consecuencias, y especialmente vulnerables son las personas mayores. Además, durante estos periodos es habitual la reducción de la actividad física, pudiendo ser el comienzo de un importante deterioro funcional y metabólico difícilmente reversible. Por ello, son necesarios protocolos de intervención aplicados durante los periodos de hospitalización aguda que puedan prevenir el deterioro sufrido por los pacientes mayores.
Un estudio controlado aleatorizado (1) ha evaluado los efectos de un programa multicomponente de ejercicio físico sobre la capacidad funcional y cognitiva, depresión y calidad de vida en personas mayores hospitalizadas por una enfermedad aguda (la estancia hospitalaria tuvo una mediana de 8 días). 370 personas mayores de 75 años ingresadas en el Complejo Hospitalario de Navarra (Pamplona, España) fueron asignadas aleatoriamente a un grupo de ejercicio o a un grupo control. El grupo control recibió los cuidados habituales, mientras que los participantes del grupo de ejercicio entrenaron bajo la supervisión de un especialista en ejercicio dos veces al día durante los días que permanecieron ingresados. El programa de ejercicio estuvo formado por ejercicios de fuerza, equilibrio y marcha adaptados a las características de los participantes.
Los resultados del estudio muestran cómo los pacientes en el grupo de ejercicio consiguieron un incremento en los valores obtenidos al alta hospitalaria con respecto a los iniciales en las pruebas de capacidad funcional y cognitiva, depresión y calidad de vida, mientras que no se produjeron cambios en el grupo control. En el momento del alta hospitalaria, el grupo de ejercicio obtuvo un incremento de 2,2 (sobre un máximo de 12) y de 6,9 puntos (sobre un máximo de 100) respecto al grupo control en la escala de valoración funcional SPPB (por sus siglas en inglés) y en el índice de independencia de Barthel para actividades de la vida diaria, respectivamente. La hospitalización aguda per se condujo a un deterioro en la capacidad funcional de los pacientes del grupo control para la realización de las actividades de la vida diaria, mientras que en los de ejercicio, no solo no se vio afectada, sino que mejoró (+2 puntos en el grupo de ejercicio vs -5 puntos en el grupo control con respecto al momento del ingreso). Además, no se registraron efectos adversos asociados al programa de ejercicio.
Por lo tanto, estos resultados vuelven a dejar clara la importancia de los programas de ejercicio físico intrahospitalarios – en este caso en los pacientes mayores – como estrategia para minimizar e, incluso, revertir las consecuencias asociadas a los periodos de hospitalización por enfermedad, en contraposición a lo habitualmente prescrito como son el reposo en cama o el ‘camine un poco por el pasillo’.
Referencias:
- Martínez-Velilla, N., Casas-Herrero, A., Zambom-Ferraresi, F., de Asteasu, M. L. S., Lucia, A., Galbete, A., … & Iráizoz, I. A. (2019). Effect of exercise intervention on functional decline in very elderly patients during acute hospitalization: a randomized clinical trial. JAMA Internal medicine, 179(1), 28-36.