La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, y de no ser tratada correctamente puede acarrear consecuencias fatales para el paciente. Recientemente se ha empezado a estudiar el papel del ejercicio en personas con una clara predisposición genética a tener depresión. Los resultados evidencian que puede complementar e, incluso, superar los efectos de los tratamientos clásicos sobre la clínica de la enfermedad.