Las caídas suponen una de las principales preocupaciones para las personas mayores y sus cuidadores. De hecho, se estima que al menos un 30% de los adultos mayores de 65 años se cae al menos una vez al año, y esta cifra aumenta hasta un 50% para los mayores de 80 años (1). Estas cifran son especialmente relevantes teniendo en cuenta que un tercio de las caídas provoca lesiones de gravedad moderada o severa que requieren hospitalización, con el consiguiente impacto tanto para los sistemas sanitarios como sociales (2). Además, las caídas suponen la principal causa de restricción de actividad física en las personas mayores (3), lo que contribuye aún más a su declive funcional. Por todo ello, la prevención del riesgo de caídas en las personas mayores debe ser una prioridad para asegurar un envejecimiento saludable.
Cada vez tenemos más evidencia de que el ejercicio debe jugar un papel clave en los programas de prevención de caídas. Por ejemplo, una revisión sistemática publicada en Cochrane analizó la eficacia de las principales estrategias dirigidas a reducir las caídas en personas mayores de 65 años. Tras incluir más de 150 estudios con casi 80.000 participantes, los autores concluyeron que las intervenciones de ejercicio multicomponente (por ejemplo, incluyendo ejercicios de fuerza, aeróbico y/o equilibrio) eran efectivas para reducir el riesgo de caídas en torno a un 29% (4). Estos resultados van en línea con otros de un meta-análisis publicado recientemente en la prestigiosa revista British Journal of Sports Medicine, donde tras analizar 108 estudios los autores concluyeron que las intervenciones de ejercicio reducen el riesgo de caídas en un 23% (5). Además, los resultados mostraron que mientras la inclusión de ejercicios ‘funcionales’ y de equilibrio reducía el riesgo de caídas en un 24%, si se añadían ejercicios de fuerza esta disminución alcanzaba un 34% (5).
Las intervenciones de ejercicio resultan por lo tanto fundamentales para la prevención de caídas, especialmente si incluyen ejercicios de fuerza. Y es que esta última ha mostrado ser uno de los mayores predictores del riesgo de caídas en personas mayores. Por ejemplo, en un reciente estudio en el que realizamos un seguimiento durante un año a personas mayores (edad media de 88 años) observamos que la medición de la fuerza isométrica de extensión de rodilla e incluso de prensión manual eran mejores predictores del riesgo de caídas que otros tests clásicos como el de levantarse de la silla y andar (‘timed up and go test’) (6). De forma similar, otro estudio observó que el nivel fuerza de extensión de rodilla predecía el riesgo de caídas en personas mayores (así como un peor rendimiento en tests de equilibrio, velocidad de la marcha y tests de reacción) que otros factores como la masa muscular o la obesidad (7).
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Por lo tanto, la evidencia existente no deja lugar a dudas: si quieres reducir el riesgo de caídas, haz ejercicio y mejora tu fuerza. No debemos olvidar, no obstante, que son múltiples los factores que afectan al riesgo de caídas, incluyendo tanto factores extrínsecos a la persona (condiciones del hogar como la superficie y la cantidad de luz) como intrínsecos. Por ello, las intervenciones dirigidas a disminuir las caídas deben ser multifactoriales. En este sentido, la revisión antes mencionada que fue publicada en Cochrane concluyó que otras intervenciones como ajustar los fármacos (por ejemplo, reducir la dosis de fármacos psicotrópicos), mejorar la vista (por ejemplo, operando de cataratas) o modificar la seguridad del hogar (sobre todo en las personas con déficits visuales o con un gran riesgo de caídas) son también efectivas para reducir las caídas, y su implementación debe ser por lo tanto valorada en conjunto para asegurarnos la mayor efectividad (4).
Referencias
1. World Health Organization. WHO Global Report on Falls Prevention in Older Age [Internet]. Community Health. 2007. Available from: http://www.who.int/ageing/publications/Falls_prevention7March.pdf
2. Florence CS, Bergen G, Atherly A, Burns E, Stevens J, Drake C. Medical Costs of Fatal and Nonfatal Falls in Older Adults. J Am Geriatr Soc. 2018;66(4):693–8.
3. Rubenstein LZ. Falls in older people: Epidemiology, risk factors and strategies for prevention. Age Ageing. 2006;35(SUPPL.2):37–41.
4. Gillespie L, Robertson M, Gillespie W, Sherrington C, Gates S, Clemson L, et al. Interventions for preventing falls in older people living in the community. Cochrane Database Syst Rev. 2012;9:CD007146.
5. Sherrington C, Fairhall N, Wallbank G, Tiedemann A, Michaleff ZA, Howard K, et al. Exercise for preventing falls in older people living in the community: An abridged Cochrane systematic Review. Br J Sports Med. 2019;1–8.
6. Valenzuela P, Maffiuletti N, Saner H, Schütz N, Rudin B, Nerf T, et al. Isometric strength measures are superior to the timed up and go test for fall prediction in older adults: Results from a prospective cohort study. Clin Interv Aging. 2020;In press.
7. Menant JC, Weber F, Lo J, Sturnieks DL, Close JC, Sachdev PS, et al. Strength measures are better than muscle mass measures in predicting health-related outcomes in older people: time to abandon the term sarcopenia? Osteoporos Int. 2017;28(1):59–70.