La restricción calórica, el aumento de actividad física y la reestructuración cognitiva son los pilares fundamentales del tratamiento de la obesidad, especialmente en el caso de presentar comorbilidades asociadas como diabetes tipo 2.
Se ha visto que una reducción del 50% del exceso del peso corporal a través de una dieta muy baja en calorías (450 kcal/día) mejora la sensibilidad a la insulina en este tipo de pacientes. Además, se han obtenido resultados que nos hablan de que el ejercicio regular puede mejorar la sensibilidad periférica a la insulina incluso sin que exista pérdida de peso.
Es por esto que un equipo de investigadores holandés quiso comparar el efecto de 16 semanas de una dieta muy baja en calorías con y sin un programa de ejercicio en pacientes obesos insulinodependientes con diabetes tipo II para ver si la inclusión del programa de ejercicio proporcionaba beneficios adicionales en términos de pérdida de peso, sensibilidad a la insulina y capacidad mitocondrial (1).
Para ello, 27 sujetos sedentarios (14 hombres y 13 mujeres posmenopáusicas), todos ellos obesos (IMC > 30 Kg/m2) e insulinodependientes, fueron divididos aleatoriamente en dos grupos:
- VLCD: únicamente dieta muy baja en calorías (alrededor de 450 kcal/día);
- VLCD+E: siguió la misma dieta junto con un programa de 16 semanas de ejercicio aeróbico consistente en 5 sesiones semanales, 4 de entrenamiento en casa de 30’ y una de entrenamiento intrahospitalario supervisado de 1h de duración a una intensidad aproximada al 70% de la capacidad aeróbica máxima (evaluada mediante prueba de esfuerzo máxima).
Tanto en el grupo de sólo dieta como en el de dieta+ejercicio se obtuvieron importantes pérdidas de peso (-23.7±1.7kg en VLCD vs. -27.2± 1.9kg en VLCD+E, sin diferencias significativas entre grupos), mientras que el grupo de ejercicio obtuvo mayor pérdida de masa grasa. Además, la sensibilidad a la insulina del hígado, el tejido adiposo y el músculo esquelético mejoraron de forma similar en ambos grupos. De igual forma, se produjo un aumento significativo de fibras musculares tipo 1 (oxidativas) en los dos grupos.
En el caso de la capacidad aeróbica máxima, el grupo de dieta+ejercicio tuvo un incremento significativo (aumento de VO2máx en 6.6±1.7 mg/kg de masa corporal magra por minuto), mientras que en el caso del grupo de sólo dieta no fue significativo el cambio.
Figura 1. Comparación de VO2máx al inicio (barras grises) y tras las 16 semanas de entrenamiento (barras negras) en ambos grupos. *, P < 0.05 intragrupos; $, P < 0.05 entre los grupos (1).
Por último, el número de copias de ADN mitocondrial aumentó en el grupo de dieta+ejercicio, no cambiando en el grupo de sólo dieta.
Por tanto, combinar una dieta muy baja en calorías con ejercicio regular y estructurado proporciona beneficios adicionales a los obtenidos solamente con la dieta, en tanto en cuanto conduce a mayor pérdida de masa grasa y aumento de la capacidad mitocondrial lo que implica una mayor oxidación así como mayor obtención de energía. Sin embargo, no se consiguieron beneficios en cuanto a la sensibilidad de la insulina más allá de los logrados sólo con la dieta.
REFERENCIAS
Snel, M., Gastaldelli, A., Ouwens, D. M., Hesselink, M. K., Schaart, G., Buzzigoli, E., … & Jazet, I. M. (2012). Effects of adding exercise to a 16-week very low-calorie diet in obese, insulin-dependent type 2 diabetes mellitus patients. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 97(7), 2512-2520.