La evidencia de los beneficios del ejercicio físico sobre el cerebro es clara, especialmente en personas mayores. Sin embargo, los efectos del ejercicio a nivel cerebral en el polo opuesto de la vida, la infancia, eran menos conocidos hasta ahora. ¿Cómo afecta el ejercicio al cerebro de los niños? ¿Podrían trasladarse las adaptaciones producidas por el ejercicio en la infancia a la edad adulta?