El consumo cada vez más frecuente de drogas entre los jóvenes muestra una realidad preocupante. Además de los conocidos efectos en el deterioro cerebral, su consumo está promoviendo el desarrollo prematuro de enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en el mundo y generalmente asociada al envejecimiento. Fumarse “solo” un porro regularmente puede traer importantes consecuencias para el corazón de los más jóvenes.