Un estudio de cohortes que analizó a 126.233 personas durante 32 años, concluyó que un mayor consumo de grasas saturadas y grasas trans se asoció con un aumento del 10-20% de la mortalidad, mientras que un mayor consumo de grasas poliinsaturadas y grasas monoinsaturadas se asoció con menor mortalidad. Reemplazar el 5% de la energía con grasas poliinsaturadas y grasas monoinsaturadas se asoció con reducciones en la mortalidad total de 27% y 13%, respectivamente.
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Investigador en Ciencias de la Salud.
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Máster Oficial en Fisiología Integrativa.
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