La realización de cesáreas se ha incrementado en los últimos años a nivel mundial. Aunque ha disminuido la tasa de morbi-mortalidad tanto del niño como de la madre, la cesárea implica riesgos tanto para la madre como para el feto. Estudios recientes han analizado si estos riesgos podrían ir más allá de la propia intervención y afectar a la salud futura del niño, incluyendo su forma física.