Fumar no solo tiene importantes efectos negativos para la salud del fumador (incluyendo un riesgo mucho mayor de cáncer y eventos cardiovasculares), sino también para las personas que les rodean. Cada vez más evidencia muestra las consecuencias de que los padres fumen (tanto antes como después del embarazo) en la salud de los niños, incluso cuando estos llegan a la edad adulta.