Bebidas energéticas, ¿realmente dan alas o es simple marketing?

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PhotoCredit: Foto de Jesper Brouwers en Unsplash

En la búsqueda constante por mejorar el rendimiento, los deportistas han explorado diversas estrategias y las bebidas energéticas, dado su alto contenido en cafeína, se han convertido en una opción preferente por su supuesto potencial ergogénico. ¿Cuáles son los efectos reales de las bebidas energéticas en el rendimiento deportivo? ¿Es la cafeína el elemento central sobre el que pivota la ergogenicidad de estas bebidas?

El consumo de bebidas energéticas, tipo Red Bull, Burn, Monster Energy o la recién llegada Prime, ha ido a más en los últimos años —fundamentalmente entre los más jóvenes—, impulsado en gran medida por estrategias de marketing innovadoras y disruptivas (p. ej., patrocinio de grandes eventos deportivos y de deportes extremos, asociación a un estilo de vida activo y emocionante, y establecimiento de colaboraciones con embajadores de marca influyentes). A su creciente éxito también ha contribuido la creación de icónicas frases publicitarias. Eslóganes del tipo “Red Bull te da aaaalas” o “Revitaliza cuerpo y mente” se alinean claramente con los objetivos que persiguen sus consumidores: entre el público general mantenerse despierto, ya sea estudiando o divirtiéndose, o mejorar el rendimiento físico entre los deportistas.

¿Cuál es el consumo de este tipo de bebidas por parte de la población?

De acuerdo a los datos de una macroencuesta realizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) entre 52.000 participantes de 16 países europeos, el 68% de los adolescentes toman bebidas energéticas (frente al  30% de los adultos). Entre ellos, el 12% las consume 4-5 o más días a la semana. Pero lo más alarmante es que el 18% de los niños entre 3 y 10 años toman este tipo de bebidas. Estos datos confirman que nos encontramos ante una auténtica amenaza para la salud pública.1 Y es que su consumo entre los jóvenes se asocia a importantes efectos adversos sobre la salud física y mental (p. ej., convulsiones, arritmias, o trastornos del estado de ánimo y del comportamiento).2,3

Lo que las distingue principalmente de otro tipo de bebidas es su alto contenido en cafeína (combinada normalmente con vitaminas, minerales, taurina, aminoácidos y diferentes mezclas de fitoquímicos). A pesar de la disponibilidad comercial de numerosas bebidas y alimentos con cafeína, las bebidas energéticas han ganado popularidad en los últimos años, probablemente porque proporcionan una mayor dosis de cafeína por ración (Figura 1). Por ejemplo, la cantidad promedio de cafeína en una taza de café es de ~90-100 mg. Ahora bien, teniendo en cuenta que gran parte de las bebidas energéticas ya vienen en latas de 500 ml (como las de Monster) y que estas contienen entre 150-200 mg de cafeína, para una persona tomar una lata puede suponer una auténtica inyección de cafeína.

Figura 1. Cantidad (en mg) de cafeína en función de diferentes fuentes. Todas las cifras son aproximadas. Figura adaptada de la EFSA.

¿Dan alas las bebidas energéticas?

En la búsqueda constante por mejorar el rendimiento, los deportistas han explorado diversas estrategias y las bebidas energéticas, dado su alto contenido en cafeína, se han convertido en una opción preferente por su supuesto potencial ergogénico (puedes leer sobre los beneficios de la cafeína en el rendimiento deportivo en estos dos artículos: artículo 1, artículo 2). Bajo la promesa de que consumirlas te da un impulso energético extra — a pesar de que este tipo de bebidas no aporta más energía de la que lo hacen otras como los refrescos (~40 kcal/100 ml)—,4 las bebidas energéticas se han ganado un gran hueco en el mercado deportivo.5,6 Pero, ¿ayudan realmente a mejorar el rendimiento deportivo?

Un trabajo liderado por Juan Del Coso, uno de los investigadores más prolíficos en lo que se refiere al estudio de la ergogenicidad de las bebidas energéticas, valoró los efectos positivos y negativos del consumo de estas bebidas.7 Deportistas de élite de diferentes disciplinas (rugby, voleibol, tenis, bádminton, natación, fútbol y hockey) fueron invitados a consumir una bebida energética (contenía 3 mg de cafeína por kg de masa corporal junto con taurina, bicarbonato sódico, L-carnitina y maltodextrina) o una bebida placebo (sin cafeína, pero con la misma proporción del resto de ingredientes) 60 minutos antes de un entrenamiento. Si bien los deportistas sentían que tenían un mayor vigor muscular (era una medida subjetiva) con las bebidas energéticas que con el placebo (+12%), el consumo de estas bebidas aumentó la frecuencia de insomnio (31% vs 10%), nerviosismo (13% vs 0) y el nivel de activación (17% vs 4%) en las horas siguientes a la competición.

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Aitor Viribay
Fisiólogo e investigador. Nutricionista de INEOS

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Otros estudios liderados también por el Dr. Del Coso han encontrado que el consumo de bebidas energéticas (3 mg/kg de cafeína) antes de la competición puede mejorar diferentes parámetros deportivos: la distancia que pueden correr a alta intensidad futbolistas,8,9 jugadores de hockey10 y de rugby,11 la frecuencia de acciones exitosas durante partidos de voleibol,12,13 la velocidad en nadadores,14 el tiempo de ascenso en una vía de escalada,15 o la capacidad de salto de jugadores de baloncesto (sin afectar a la precisión en el tiro).16 Además, como comentamos en uno de los artículos que hicimos sobre la cafeína, los efectos ergogénicos se producen cuando la cafeína aportada por la bebida energética es de al menos 3 mg/kg.17,18

¿Hay vida más allá de la cafeína?

Un estudio publicado por investigadores australianos quiso analizar si el elemento central del efecto ergogénico de estas bebidas es la cafeína.19 Para ello, y a diferencia de los anteriores estudios, los autores utilizaron 3 condiciones experimentales. Además de los grupos que consumieron Red Bull (3 mg/kg de cafeína) o una bebida placebo, se añadió un tercer grupo que tomó cafeína anhidra (cápsulas de 3 mg/kg de cafeína en su forma pura, sin el resto de los componentes de las bebidas energéticas, como la cantidad de azúcar) 90 min antes de una prueba ciclista de 40 km al 75% de la potencia pico. Los resultados mostraron que los ciclistas que consumieron Red Bull o cafeína pura realizaron la prueba en un menor tiempo (-2,8% y -3,1%, respectivamente) y desarrollaron una mayor potencia media que los que tomaron placebo. Además, no hubo diferencias entre quienes consumieron Red Bull o cafeína (Figura 2).19 De acuerdo a estos resultados tomar una bebida energética o tomar cafeína parece proporcionar el mismo efecto ergogénico en ciclistas. 

Figura 2. Efecto de consumir Red Bull, cafeína o una bebida placebo 90 min antes de una contrarreloj de 40 km al 75% de la potencia pico.19

Tiempo después, un meta-análisis en el que participó Juan Del Coso siguió profundizando en esta cuestión.20 El trabajo, que incluyó 34 estudios y más de 650 deportistas de diferentes disciplinas, evaluó el efecto agudo de la ingesta de bebidas energéticas sobre el rendimiento físico. La conclusión fundamental confirma que, en comparación con una bebida placebo, el consumo de estas bebidas mejora diversos aspectos del rendimiento, como la fuerza muscular, la resistencia y algunas acciones deportivas específicas, como saltar, correr y el tiempo de reacción. De forma llamativa, y al contrario de lo que sugería el estudio anterior, se observó que la cantidad de cafeína no estaba vinculada directamente al aumento en el rendimiento. Es decir, tomar más o menos cafeína no afectaría a nuestro desempeño físico y, por tanto, el efecto ergogénico de las bebidas energéticas se debería a otras sustancias contenidas en estas bebidas. En este sentido, la mejora del rendimiento podría explicarse por el efecto combinado de la cafeína, la taurina (un neurotransmisor que actúa como modulador en el sistema nervioso central) y el componente energético de la propia bebida.

Efectos sobre el sueño

A pesar de sus efectos positivos, es necesario considerar también los posibles riesgos, ya que un consumo elevado y regular de bebidas energéticas se asocia a un incremento de la tensión arterial, pudiendo provocar, en consecuencia, problemas como hipertensión, taquicardia y ansiedad, que pueden desembocar en trastornos cardiovasculares.21

Un efecto secundario común del consumo de estas bebidas, así como del café en exceso, y que puede impactar de forma negativa en el rendimiento deportivo y la salud, es el aumento de la prevalencia de insomnio (en este artículo puedes leer más sobre cómo dormir mal afecta de forma importante al rendimiento de los deportistas).7,22 La cantidad y calidad del sueño puede verse afectada por el consumo de sustancias estimulantes que se encuentran en la dieta. La cafeína, presente principalmente en el café, el té, algunos refrescos o en estas bebidas energéticas, puede afectar especialmente al sueño, debido a una reducción en la secreción de melatonina.23 Es por ello que el consumo de productos con cafeína debe limitarse durante las últimas horas del día, ya que de lo contrario el sueño del deportista y, por ende, su rendimiento pueden verse afectados.

Conclusiones

El aumento del consumo de bebidas energéticas, especialmente entre los más jóvenes, plantea serias preocupaciones para la salud pública. Su alto contenido en cafeína y en azúcares convierte a estas bebidas —las cuales muchos de ellos consumen como quien bebe agua— en un combo con efectos perjudiciales para la salud. Si nos centramos en el rendimiento, la evidencia sugiere que, debido a la cantidad de energía y, sobre todo, a la cafeína, pueden servir para mejorarlo. Por tanto, la clave estará en un consumo consciente, considerando si el beneficio momentáneo justifica los posibles riesgos para la salud (p. ej., alteraciones del sueño, taquicardia, etc.).


Referencias:

1.        Pomeranz, J. L., Munsell, C. R. & Harris, J. L. Energy drinks: An emerging public health hazard for youth. J. Public Health Policy 34, 254–271 (2013).

2.        Seifert, S. M., Schaechter, J. L., Hershorin, E. R. & Lipshultz, S. E. Health effects of energy drinks on children, adolescents, and young adults. Pediatrics 127, 511–528 (2011).

3.        Mandilaras, G., Li, P., Dalla-Pozza, R., Haas, N. A. & Oberhoffer, F. S. Energy Drinks and Their Acute Effects on Heart Rhythm and Electrocardiographic Time Intervals in Healthy Children and Teenagers: A Randomized Trial. Cells 11, (2022).

4.        Del Coso, J., Lara, B. & López-Muñoz, F. Caffeinated Energy Drinks Boost Physical Performance In Several Sport Modalities: Should They Be Considered By Antidoping Authorities? J. Clin. Exp. Pharmacol. 5, 4–6 (2015).

5.        Hoffman, J. R. Caffeine and energy drinks. Strength Cond. J. 32, 15–20 (2010).

6.        Kristiansen, M., Levy-Milne, R., Barr, S. & Flint, A. Dietary supplement use by varsity athletes at a Canadian university. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 15, 195–210 (2005).

7.        Salinero, J. J. et al. The use of energy drinks in sport: Perceived ergogenicity and side effects in male and female athletes. Br. J. Nutr. 112, 1494–1502 (2014).

8.        Lara, B. et al. Caffeine-containing energy drink improves physical performance in female soccer players. Amino Acids 46, 1385–1392 (2014).

9.        Del Coso, J. et al. Effects of a caffeine-containing energy drink on simulated soccer performance. PLoS One 7, (2012).

10.      Del Coso, J. et al. Caffeinated energy drinks improve high-speed running in elite field hockey players. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 26, 26–32 (2016).

11.      Del Coso, J. et al. Caffeine-containing energy drink improves physical performance of elite rugby players during a simulated match. Appl. Physiol. Nutr. Metab. 38, 368–374 (2013).

12.      Del Coso, J. et al. Enhancing physical performance in male volleyball players with a caffeine-containing energy drink. Int. J. Sports Physiol. Perform. 9, 1013–1018 (2014).

13.      Pérez-López, A. et al. Caffeinated energy drinks improve volleyball performance in elite female players. Med. Sci. Sports Exerc. 47, 850–856 (2015).

14.      Lara, B. et al. Acute consumption of a caffeinated energy drink enhances aspects of performance in sprint swimmers. Br. J. Nutr. 114, 908–914 (2015).

15.      Cabañes, A., Salinero, J. J. & Del Coso, J. La ingestión de una bebida energética con cafeína mejora la fuerza-resistencia y el rendimiento en escalada deportiva. Arch. Med. del Deport. 30, 215–220 (2013).

16.      Abian-Vicen, J. et al. A caffeinated energy drink improves jump performance in adolescent basketball players. Amino Acids 46, 1333–1341 (2014).

17.      Del Coso, J., Salinero, J. J., González-Millán, C., Abián-Vicén, J. & Pérez-González, B. Dose response effects of a caffeine-containing energy drink on muscle performance: A repeated measures design. J. Int. Soc. Sports Nutr. 9, 1 (2012).

18.      Astorino, T. A. et al. Effects of red bull energy drink on repeated sprint performance in women athletes. Amino Acids 42, 1803–1808 (2012).

19.      Quinlivan, A. et al. The effects of red bull energy drink compared with caffeine on cycling time-trial performance. Int. J. Sports Physiol. Perform. 10, 897–901 (2015).

20.      Souza, D. B., Del Coso, J., Casonatto, J. & Polito, M. D. Acute effects of caffeine-containing energy drinks on physical performance: a systematic review and meta-analysis. Eur. J. Nutr. 56, 13–27 (2017).

21.      Gutiérrez-Hellín, J. & Varillas-Delgado, D. Energy drinks and sports performance, cardiovascular risk, and genetic associations; future prospects. Nutrients 13, 1–31 (2021).

22.      Puente, C. et al. Caffeine improves basketball performance in experienced basketball players. Nutrients 9, 1–13 (2017).

23.      Shilo, L. et al. The effects of coffee consumption on sleep and melatonin secretion. Sleep Med. 3, 271–273 (2002).

Javier S. Morales

Actualmente investigador posdoctoral en el grupo MOVE-IT de la Universidad de Cádiz. Doctor en Actividad Física y Deporte. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Diplomado Universitario en Enfermería. Máster en Fisiología integrativa. Máster en Actividad Física y Salud.

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