Los deportistas tienen a su alcance una multitud de métodos para mejorar los procesos de recuperación entre sesiones o tras una competición. Estos métodos incluyen estrategias nutricionales (nitrato, antioxidantes, proteína…) y físicas (electro-estimulación de baja frecuencia, contraste de temperaturas, vibración…). Sin embargo, pese a que su uso está a menudo ampliamente extendido, la eficacia de muchos de estos métodos no ha sido comprobada científicamente.
Uno de los métodos que en los últimos años ha ganado mayor popularidad es la presoterapia. Esta técnica consiste en la aplicación de presión positiva intermitente en los miembros, generalmente las piernas, con el fin de favorecer el flujo sanguíneo. Un aumento del flujo sanguíneo facilitaría la eliminación de metabolitos y la regeneración de la musculatura fatigada o dañada. Por ello, son numerosos los deportistas (muchos de ellos conocidos, de ahí la popularidad de esta técnica) que la utilizan como método de recuperación tras una sesión intensa, siendo también utilizada en el ámbito médico para tratar patologías como la trombosis venosa.
Diversos estudios han evaluado la validez de la presoterapia para mejorar los procesos de recuperación a corto plazo. Por ejemplo, un estudio1 comparó el rendimiento en un test de Wingate (test máximo de 30 segundos) en sujetos que habían realizado previamente dos tests de Wingate separados por 3 minutos, con una sesión intermedia de recuperación con 30 minutos de presoterapia (70 mmHg) o placebo. Los resultados mostraron que, aunque la presoterapia facilitó la eliminación de lactato en mayor medida que el tratamiento placebo, no provocó diferencias en la potencia media o pico alcanzada en el test de Wingate.
Además, también se ha propuesto que la presoterapia podría mejorar la recuperación en los días posteriores al ejercicio intenso, reduciendo por ejemplo el daño muscular (agujetas). Para comprobar dicha eficacia, un estudio2 evaluó a 10 adultos que realizaron 300 contracciones excéntricas con el fin de provocar daño muscular y que fueron tratados con presoterapia o placebo inmediatamente después así como a las 24 y 48 horas posteriores. En dicho estudio se observó que la fuerza disminuyó de igual forma en ambos grupos. Además, la presoterapia tampoco redujo los niveles de creatina kinasa (marcador de daño muscular).
Por lo tanto, pese a que la literatura científica sobre la presoterapia para la recuperación deportiva es escasa, la mayor parte de los estudios existentes no avalan sus beneficios. Los deportistas y entrenadores deben ser críticos con los métodos de recuperación que utilizan y comprobar si su eficacia ha sido confirmada científicamente. No obstante, el efecto placebo juega a menudo un papel más importante aún que los beneficios fisiológicos, por lo que en ciertos casos sí podría estar justificada la utilización de métodos sin validez contrastada.
REFERENCIA
1. Martin JE, Friedenreich ZD, Borges AR, et al. Acute effects of peristaltic pneumatic compression on repeated anaerobic exercise performance and blood lactate clearance. J Strength Cond Res. 2015:2900–2906.
2. Cochrane DJ, Booker HR, Mundel T, et al. Does intermittent pneumatic leg compression enhance muscle recovery after strenuous eccentric exercise? Int J Sports Med. 2013;34:969–974. Doi: 10.1055/s-0033-1337944.