F

For the health science community

Libre acceso

7 minutos

14 enero, 2025

Entrenamiento de fuerza para personas con trastornos de la alimentación, ¿ciencia o ficción?

Photocredit: Scott Webb

Los trastornos de la conducta alimentaria son mucho más que una preocupación obsesiva por el peso. Se trata de enfermedades mentales complejas que afectan tanto a la salud física como psicológica, y cuya prevalencia sigue creciendo, especialmente entre los más jóvenes. Aunque el ejercicio físico ha sido tradicionalmente visto con cautela en este contexto, la ciencia revela que, lejos de mitos y temores, el entrenamiento de fuerza podría ser parte de la solución.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están alarmantemente extendidos entre los más jóvenes. No en vano, uno de cada 5 niños y adolescentes sufre desórdenes alimentarios, como demostró una reciente investigación liderada por el español José Francisco López-Gil, con datos de más de 63.000 participantes de 16 países.1 Lo más preocupante es que esta cifra asciende al 30% entre las niñas. Los TCA son enfermedades mentales que ocurren cuando la relación de una persona con la comida, su propio peso corporal o el ejercicio se vuelve poco saludable. Los más conocidos son la anorexia y la bulimia, pero también incluyen el trastorno por atracón y el trastorno alimentario no especificado, que engloba casos que no cumplen todos los criterios diagnósticos de los anteriores. 

Los TCA no solo afectan la salud física y mental, sino que también conllevan riesgos potencialmente mortales. Las personas con TCA tienen casi cinco veces más probabilidades de intentar suicidarse en comparación con la población general —este riesgo es especialmente elevado en casos de anorexia y bulimia (ocho y cinco veces mayor probabilidad, respectivamente)—.2 De hecho, la anorexia tiene una tasa de mortalidad especialmente alta en comparación con otras enfermedades psiquiátricas,3 lo que resalta la gravedad de estas condiciones. Esta realidad supone un alarmante problema desde el punto de vista de la salud pública y pone de manifiesto la necesidad de aplicar estrategias de prevención e intervención desde edades tempranas.

Más allá del estigma

El retraso en buscar ayuda, motivado por el estigma o por el mito de que solo quienes tienen un peso corporal extremadamente bajo están lo bastante graves como para necesitar tratamiento,4 dificulta aún más la detección temprana y el tratamiento eficaz. Esto, a su vez, hará que empeore el pronóstico de la enfermedad. 

El tratamiento de los TCA ha estado dominado tradicionalmente por enfoques psicológicos y nutricionales. Sin embargo, la incorporación de actividad física ha sido —y sigue siendo— objeto de debate. Históricamente, los médicos han recomendado la abstinencia de ejercicio físico durante el tratamiento de los TCA. El ejercicio compulsivo es una conducta común en personas con TCA —en torno al 80% experimentan una relación patológica con el ejercicio—,5 y que se relaciona con peor pronóstico, así como mayor riesgo de hospitalización, de conductas suicidas y de recaída.6 Esta asociación entre patrones de ejercicio no saludables y empeoramiento del estado de salud ha justificado la clásica recomendación médica de evitar el ejercicio, especialmente en etapas críticas de la recuperación, como la restauración del peso y el equilibrio energético.7

Sin embargo, es fundamental no demonizar el ejercicio en su totalidad. Bien diseñado y supervisado, el ejercicio físico puede ser una herramienta de gran valor terapéutico en la recuperación de las personas con TCA. Lo importante es transformar la relación que estas tienen con el ejercicio, alejándolas de patrones obsesivos y compulsivos, y guiándolas hacia hábitos saludables y equilibrados. En lugar de utilizar el ejercicio como un medio de control o castigo, debería concebirse como una actividad que promueva el bienestar físico y emocional.

Suscríbete para disfrutar de todo el contenido.

Regálate Fissac
con un 50% el primer año

Aprovecha un 50% de descuento el primer año. En lugar de 69,99€, pagas 34,99€ (2,9€/mes). Regálate ciencia.

Sumérgete en la profundidad de Fissac y disfruta de todo lo que tenemos para ofrecerte. Suscríbete ahora y aprende con rigor científico con los audio-artículos, webinars, masterclass y Fissac Magazine

Cancela tu suscripción cuando quieras sin compromiso. Oferta para una suscripción anual de Fissac; solo disponible para nuevos suscriptores. Para una suscripción mensual, se cobrará automáticamente por adelantado a su método de pago la tarifa de 7,00€ cada mes. Para una suscripción anual, se cobrará automáticamente por adelantado a su método de pago la tarifa introductoria de 34,99€ el primer año y 69,99€ el resto. Su suscripción continuará hasta que la cancele. La cancelación entra en vigencia al final de su período de facturación actual. Impuestos incluidos en el precio de la suscripción. Los términos de la oferta están sujetos a cambios.

Entrenamiento de fuerza para personas con trastornos de la alimentación, ¿ciencia o ficción?

Efectivamente, como reza el título de este apartado, cabe preguntarse si el entrenamiento de fuerza para personas con TCA es ciencia o ficción, que no realidad o ficción, lo cual aporta un matiz interesante al debate. Para responder, lo primero —y quizá lo más importante— es determinar si el entrenamiento de fuerza es seguro en personas con TCA. En este caso, nos centraremos en personas con anorexia, ya que la investigación sobre el papel del entrenamiento de fuerza en este trastorno específico está más avanzada en comparación con otros TCA, como la bulimia o el trastorno por atracón.

En este aspecto, la evidencia es clara y contundente. En personas con anorexia el entrenamiento de fuerza supervisado no solo es seguro, sino que también ofrece beneficios significativos.8 A nivel psicológico, reduce la preocupación por el peso y promueve una mayor auto-aceptación corporal; mientras que a nivel físico, mejora la fuerza y la capacidad cardiovascular, todo ello sin comprometer la recuperación del peso, algo que contrasta notablemente con los riesgos asociados al ejercicio aeróbico intenso.8

¿Qué otros beneficios puede aportar este tipo de intervención para las personas con TCA? Una reciente revisión sistemática ha concluido que el entrenamiento de fuerza supervisado ayuda a recuperar la masa muscular y ósea, dos aspectos especialmente críticos en pacientes con anorexia debido a la desnutrición prolongada.9 Además, más allá de reducir la preocupación por el peso, esta modalidad de ejercicio mejora la autoestima y atenúa la ansiedad. Por otro lado, si queremos potenciar los beneficios psicológicos, la combinación de entrenamiento de fuerza con actividades mente-cuerpo, como el yoga, favorece una relación más saludable con el propio cuerpo.

La Dra. María Fernández del Valle es una de las mayores expertas en ejercicio físico y TCA. Sus diferentes publicaciones han contribuido a mejorar la comprensión sobre cómo el ejercicio se ha convertido en una poderosa estrategia coadyuvante (es decir, complementaria) al tratamiento médico de los TCA. Gracias a sus investigaciones, hoy se dispone de evidencia sólida sobre los beneficios del entrenamiento de fuerza en este contexto.10,11 Por ejemplo, en un ensayo clínico con adolescentes con anorexia que acudían a un programa de hospital de día, la Dra. Fernández del Valle observó que las participantes que incluyeron entrenamiento de fuerza como parte de su tratamiento mostraron un aumento en la masa muscular y la fuerza, lo que les permitió recuperar capacidades funcionales que la enfermedad había mermado.10 A nivel psicológico, las adolescentes tuvieron menor ansiedad y una mayor auto-aceptación corporal, alejándolas de la relación obsesiva con la imagen corporal que muchas veces acompaña a estos trastornos.

Figura 1. Efectos del entrenamiento de fuerza sobre la fuerza muscular en adolescentes con anorexia que reciben tratamiento hospitalario.10

De manera complementaria, un reciente ensayo clínico en el que ha participado la Dra. Fernández del Valle refuerza el papel de este tipo de intervención en un contexto diferente: adolescentes tras su hospitalización por anorexia.11 Las participantes realizaron un programa de entrenamiento de fuerza durante ocho semanas. Los resultados fueron claros y rotundos: además de recuperar masa muscular (Figura 2), las participantes experimentaron mejoras en dimensiones clave de su bienestar, como la salud física y social. No solo esto, sino que las participantes en ningún caso vieron comprometida la recuperación de su peso, mostrando que el entrenamiento de fuerza es seguro.

Figura 2. Efectos de ocho semanas de entrenamiento de fuerza sobre variables antropométricas en adolescentes con anorexia.11

Conclusiones

Los TCA son una de las problemáticas de salud más complejas de nuestra sociedad, y su tratamiento requiere un enfoque integral. Si bien el ejercicio físico ha sido tradicionalmente visto con recelo en este contexto, hoy sabemos que, supervisado y bien diseñado, puede ser un gran aliado en la recuperación de la enfermedad.

En particular, el entrenamiento de fuerza no solo es seguro, sino que también aporta beneficios significativos tanto a nivel físico como psicológico. Por todo ello, este tipo de intervención puede ser un recurso de alto valor terapéutico en la rehabilitación integral de personas con TCA. 


Referencias:

1.        López-Gil, J. F. et al. Global Proportion of Disordered Eating in Children and Adolescents: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Pediatr 177, 363–372 (2023).

2.        Suokas, J. T. et al. Suicide attempts and mortality in eating disorders: A follow-up study of eating disorder patients. Gen Hosp Psychiatry 36, 355–357 (2014).

3.        Arcelus, J., Mitchell, A. J., Wales, J. & Nielsen, S. Mortality Rates in Patients With Anorexia Nervosa and Other Eating Disorders A Meta-Analysis of 36 StudiesArch Gen Psychiatry 68, (2011).

4.        Galbraith, K., Elmquist, J. A., White, M. A., Grilo, C. M. & Lydecker, J. A. Weighty decisions: How symptom severity and weight impact perceptions of bulimia nervosa. International Journal of Eating Disorders 52, 1035–1041 (2019).

5.        Quesnel, D. A., Cooper, M., Fernandez-del-Valle, M., Reilly, A. & Calogero, R. M. Medical and physiological complications of exercise for individuals with an eating disorder: A narrative review. Journal of Eating Disorders 11, (2023).

6.        Martenstyn, J. A., Touyz, S. & Maguire, S. Treatment of compulsive exercise in eating disorders and muscle dysmorphia: protocol for a systematic review. J Eat Disord 9, (2021).

7.        Davis, C., Kennedy, S. H., Ravelski, E. & Dionne, M. The Role of Physical Activity in the Development and Maintenance of Eating Disorders. Psychological Medicine 24, (1994).

8.        Ng, L. W. C., Ng, D. P. & Wong, W. P. Is supervised exercise training safe in patients with anorexia nervosa? A meta-analysis. Physiotherapy 99, 1–11 (2013).

9.        Toutain, M., Gauthier, A. & Leconte, P. Exercise therapy in the treatment of anorexia nervosa: Its effects depending on the type of physical exercise—A systematic review. Frontiers in Psychiatry 13, (2022).

10.      Fernandez-Del-Valle, M. et al. Resistance training enhances muscular performance in patients with anorexia nervosa: A randomized controlled trial. International Journal of Eating Disorders 47, 601–609 (2014).

11.      Agne, A. et al. Progressive resistance exercise as complementary therapy improves quality of life and body composition in anorexia nervosa: A randomized controlled trial. Complement Ther Clin Pract 48, (2022).

TAGS

Sobre el autor

Comentarios

Deja una respuesta

¿Te ha gustado el artículo?

Si te ha gustado el artículo y no estás suscrito a Fissac, porque todavía no sabes si es lo que necesitas, déjanos tu email y te enviaremos más artículos de libre acceso como este.

Hola ☺️, soy Adrián Castillo, Doctor en Ciencias de la Salud y cofundador de Fissac.

Si has llegado a este artículo, es porque te apasiona la ciencia y el mundo de la salud y el rendimiento deportivo.

Desde Fissac, queremos agradecerte tu confianza ofreciéndote un descuento exclusivo en nuestras suscripciones: ahora puedes disfrutar de un 50% de descuento para siempre en todo el contenido de Fissac, desde 60€ 30€/año (2,5€/mes), sin letra pequeña. Invertir en conocimiento es invertir en uno mismo.

¡Nos vemos dentro!

Si tienes alguna duda puedes contactar con nosotros.