La inflamación es un mecanismo de defensa crucial que tiene el organismo para protegerse frente a los agentes extraños o reparar tejidos dañados. Sin embargo, en algunas patologías, se descontrola y se vuelve crónica. Es entonces cuando es motivo de preocupación, entre otras cosas por su estrecha relación con el cáncer. Existen varios desencadenantes de ese estado de inflamación crónica, siendo uno de ellos el estilo de vida y en concreto la dieta. ¿Cómo puede influir la dieta en la inflamación crónica y, por tanto, en el riesgo de cáncer?