El deterioro cognitivo inducido por la quimioterapia, denominado quimiocerebro, puede afectar a 3 de cada 4 pacientes, pudiendo durar años después de completar el tratamiento. Nuevas investigaciones muestran cómo el trasplante de mitocondrias podría contrarrestar estos efectos secundarios. Por otro lado, el ejercicio físico ha demostrado también ser una herramienta eficaz para prevenir o incluso revertir los problemas asociados al quimiocerebro derivados de la quimioterapia ¿Cuáles son los mecanismos implicados?