Uno de los principales objetivos de entrenadores e investigadores es monitorizar los cambios en el rendimiento de los deportistas e individualizar la intensidad a la que estos deben entrenar o competir. Sin embargo, estudios recientes ponen de manifiesto la importancia de un factor que pocas veces consideramos y que puede jugar un papel clave en el éxito o el fracaso deportivo: la durabilidad.